Hoy me he levantado y me he encontrado con una noticia dramática en el lugar donde voy a trabajar. Mujer de unos 40 años. Asesinada por un tiro en la cabeza. Cuerpo descubierto por su hijo menor. No se saben las causas (noticias frias tal como llegan)
En el pueblo se destripa y vomita el suceso. Los bares llenos. En el Ayuntamiento no para de sonar el teléfono. Los medios buscan respuestas.
Y yo, ante este revuelo, no paro de pensar en esa pobre mujer, en el momento que le sustraeron lo más valioso... la indefensión ante esa escopeta apuntándola... el miedo... la desolación..... y de pronto alguien se cree con el derecho a acabar con su vida. Y ahí acaba todo. Se va sin vivir. Ya no podrá cumplir sus sueños. No podrá crecer con sus hijos. No podrá pasear por las calles de su pueblo. No podrá regalar sonrisas, ni sentir tristezas. Le quitaron la vida de una manera cruel. ¡Ladrones de almas que se creen con el derecho a decidir! ¡Qué poco vale la vida para quienes no saben vivirla!
No soy capaz de hablar de ese hijo, ni de la madre de la víctima, huérfanos de cariño.
Y todo esto me lleva a pensar... ¡qué importante es vivir el día a día como si fuera el último! ¡qué dificil es creer que pueda ser el último! ¡qué pena no tener conciencia de saber que sólo existe el momento....! Seguramente viviríamos con más intensidad las pequeñas y las grandes cosas que nos regala el universo.
¡Cuántas cosas se dejó esta mujer sin hacer y sin vivir!
Hoy me he topado con la realidad... y no me gusta.
TU ROSTRO SERÁ EL ÚLTIMO
Hace 11 años
1 besos:
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