Aceite para masaje

Ya sentía los cañonazos…al tercero empezaría la bajada….y no quería perdérmela.

No soy bastetana, no me siento parte de Baza, entre otras cosas porque no me ubico en esta ciudad donde sus calles se vacían de una cultura que yo necesito para sobrevivir. Pero respeto este lugar y me integro en la medida que puedo o mejor dicho, en la medida que quiero, y no me malinterpreten, porque cariño hay y mucho, porque también he vivido y vivo una etapa importante de mi vida y también en el camino, he encontrado personas más que maravillosas que han dado sentido a lo que tenía y tengo que vivir aquí….¡eso que nadie lo dude!. Pero si hay algo mágico, que cuando llega me aferra a esta tierra como si siempre hubiera sido mía, como si siempre hubiera estado aquí, como si hubiera nacido de estas entrañas, si hay algo que me hace sentirme bastetana, y lo digo bien alto, BASTETANA MÁS QUE NINGUNO, ese algo, ese momento, ese día es cuando llega la fiesta del Cascamorras, ¡que nadie lo dude!, soy bastetana desde la punta de los pies hasta la punta del último pelo que se fija en mi cabeza. Y aquí voy, vestida de negro, a la esquina de mi calle, por donde de un momento a otro va a pasar el Cascamorras. Tercer cañonazo….A lo lejos, sobre el monte se vislumbra un montón de puntos negros, Hay quietud, de repente, todos empiezan a moverse, los puntos de un lado otro, en desesperación, como si no supieran donde ubicarse. Mientras, los más perezosos, esperamos abajo, en medio de la calle, entre cervezas, vinos, carcajadas…. El murmullo sube de tono, se convierte en gritos, ..ya se acerca, grita alguien, ya vienen…y por inercia miras hacia arriba y de repente ahí está, como una aparición, esa gran marea negra, humana, bajando a galope, en bandada, tsunami terrenal y entre medias el Cascamorras, ¡pobre!, que salió de Guadix entre vítores y alegrías para venir hasta Baza a rescatar a su Virgen que en antaño fue robada sin pudor por los bastetanos. Pero aquí los de Baza, y los que no son de Baza, ya son de todas partes, de los pueblos de al lado, de Barcelona, Gallegos, Madrileños, Ingleses, Noruegos, Ecuatorianos, Chinos…… miles de bastetanos nacidos de todo el mundo, acallan el ímpetu del Cascamorras mánchándolo de negro para que no pueda entrar a la Iglesia a robar a la Virgen, Y ahí está, marea humana, pintada de negro, luciendo cuerpos, impidiendo el paso al Cascamorras, dorsos desnudos que pasean embadurnados de grasa negra (pintura al agua no dañina para la piel y aceite Jhonson), féminas en pantaloncitos cortos y suéters donde la vergüenza se baña de oscuridad, azabache….pero qué cuerpazos!, a lo ancho y largo de la calle… si Pablo Neruda levantara la cabeza para ver esta marea negra seguramente diría “esos océanos de negro”... como esos océanos de cuero que tan bien describió de los campos de Castilla. Aquí no son cueros, Pablo, aquí son oceános, negros, brillantes, provocadores, morbosos, excitantes,..... alborotando….. ¡esto sí que son océanos!, y bajan corriendo, en oleaje, y a cada 5 pasos- Cascamoooorras, Cascamoooorras, oeoeoeoeeeeeee…. Y lo zarandean....., eso sí, con respeto, con devoción porque si hay una figura respetada y grande en este pueblo sin duda alguna, es el Cascamorras que se deja, como no, sacudir por esa epidemia, agitándose entre tanta desnudez. Y los cuerpos se mezclan, y al paso van dejando marcas, abrazándose, besándose, para que todos participen de este espectáculo, y allí estoy yo, toda vestida de negro dejándome persuadir entre abrazos, caricias que dejan huella, …y este enjambre me lleva, en volandas,..cuidado Inma que se te engancha la chancla, reacciono, me agarro, me siguen llevando en volandas, ya no veo, rodeada de cuerpos que brillan con el sol, me ciega tanta belleza.... me pasan un cubo lleno de cerveza, si no puedo beber, si no sé como cogerlo….si todavía se me cae….. No sé cómo, consigo beber…..y ahora paran, y de nuevo zarandean al Cascamorras, y allí te frotas con unos y otros, y los observadores se convierten en observados remetiéndose entre los espacios de la gran marea humana, obligados por abrazos que te arrastran hacia el interior de una mancha que cada vez es más grande… una más, dos más, cientos más……mogollón….¡pero de donde sale tanta gente!…..todas las calles presididas por este océano….¡ay Pablo, lo que te pierdes!, …¿o estarás mirando, curioso, desde algún rincón de ese cielo?... pues disfruta, porque esto sí que es un espectáculo, ya no cabe más, todas las calles llenas, los cuerpos que se rozan, se frotan, irreconocibles, impidiendo el paso al Cascamorras… Y no sé cómo llegamos a la Plaza Mayor y atravesamos calles estrechas y llegas a la puerta de la Iglesia, y no puedes respirar, la gente, el olor, muchedumbre defendiendo a su Virgen….que no Cascamorras, que te has portado muy bien, que has sido muy valiente, pero que no dejamos que te lleves a nuestra Virgen, que ya son muchos años con nosotros, que nos hemos acostumbrado a ella, y que de aquí no sale, que ya te puedes ir con tus accitanos, que lo intentes el próximo año….. Y el pobre Cascamorras se rinde, no puede más, y con la cabeza más cabizbaja que alta, se va, se pierde, derrotado…eso sí, con dignidad. Y aquí se acaba el Cascamorras, hasta otro año, que ahora nos vamos de vinos a inaugurar la Feria.

Y la Feria se mancha de negro en su primer día de Fiesta.